Ilustre Colegio de Procuradores de La Rioja

Historia

Los procuradores hablamos del “Colegio” en todo momento como un ámbito de actuación y como una herramienta imprescindible para nuestro quehacer diario. La complejidad del desempeño de nuestra profesión encuentra un colaborador necesario con el que compartir actuaciones procesales , recibir ayuda en momentos difíciles y ser el soporte de la prestación de la justicia gratuita como uno de los fundamentos del ser de la actividad causídica.

 

La relación Colegio-colegiado se hace con la naturalidad de la necesaria complicidad de ambos si reparar en la esencia de tu existencia y el conocimiento de su historia.

Es conocido que el inicio de la procura se pierde en el inmenso piélago de la tradición y de la historia de España incluso antes de que se fortaleciera la unión de los distintos reinos allá en tiempos de Isabel y Fernando pero cuando se le conoce como actividad ante los Tribunales prototipo de loa que ahora es lo  fue a partir del “Nuevo Régimen” con la implantación de la codificación a mediados del siglo XIX. Desde entonces hay procuradores ejercientes en La Rioja y consta un Colegio Profesional  oficialmente constituido.

 

Lamentablemente  por avatares desconocidos no tenemos documentos  que guarden su historia y mucho menos de su constitución.

 

De otras instituciones sabemos que en 1898 había censados en La Rioja treinta procuradores y que su Decano participaba en un Consejo Nacional.

 

En momentos difíciles llegó a perder independencia funcional y quienes se incorporaron en los años ochenta pudieron  comprobar cómo su funcionamiento descansaba en los empleados del Colegio de Abogados y que su sede estaba integrada en ese  mismo Colegio.

 

Con la incorporación de jóvenes colegiados ,hay que recordar que a finales de los ochenta del siglo pasado apenas una docena ejercían en el Partido judicial de Logroño y tres o cuatro lo hacían en Haro y Calahorra, va fraguando la idea de la independencia real del Colegio de Procuradores, se consigue una sede humilde y poco a poco se va mejorando la ubicación hasta llegar a nuestros días en los que la desubicación del Palacio de Justicia ha dejado fuera la sede obtenida en propiedad en el centro de la ciudad.

 

La clave del protagonismo del ya  ICPR hay que encontrarla en la constitución del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja. Desde ese momento fruto del desarrollo del Estado Autonómico previsto en la Constitución española de 1979 se convierte la Comunidad Autónoma de La Rioja en ámbito superior con ampliación de los Tribunales con sede y competencia de todo orden  y a los Colegios profesionales se les reconocen  los mismo derecho que al resto de Capitales de Comunidades y se modifican los estatutos del Consejo General de Procuradores para que puedan participar todas los Colegios de las distintas Comunidades en igualdad de rango y derechos. En esta situación el "Colegio” independientemente del número de colegiados es escuchado en el Consejo y forma parte de sus órganos de gobierno.

 

El reconocimiento del buen hacer de colegio y de sus colegiados lleva a que sean elegidos por el Ministerio de Justicia como centro piloto de implantación real y legal de las nuevas tecnologías la recibir notificaciones de resoluciones y actos judiciales y presentación de escritos. Fue reconocido el esfuerzo realizado por todos y supuso a implantación en todo el territorio salvo contadas excepciones.

 

Estas  cuatro pinceladas pueden servir para que quien se acerque a la realidad del ” Ilustre Colegio de Procurares de los Tribunales de La Rioja” no sólo pueda ser fiel testigo de  su funcionamiento sino que sepa que llegar al nivel de calidad que se presta por su cualificado personal, los sistemas informáticos de que está dotado y la dignidad de su sede  han merecido su  reconocimiento por los Tribunales, y por el resto de instituciones.

Bretón de los Herreros, 26. 4º. 26001 Logroño, La Rioja

Teléfono: 941.207.526 / Fax: 941.207.526

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